“Que bonitas son las flores por la mañana” canta Xiomara Fortuna, porque al pensar en escribir sobre cómo hacemos nuestros encuentros en la fecha del 25 N, quería salir del concepto de víctimas y vulnerables, para poder construir relatos alternativos sumando las propias estrategias de resistencia y poder ver qué bonitas son las flores por la mañana.
Lo primero que pensé es que tenía que ser a través de las mujeres, quiénes me ayudaran a unir las frases de este artículo con sus canciones y poesía, echar mano de cantoras, escritoras, poetas, llevando un pequeño guion imaginario. Como dice Gloria Fuertes, “escribo sin modelo A lo que salga, escribo de memoria De repente” …. Hablar sobre cuáles son los sitios que sentimos cómo nuestros, y traigo a Rosa cuando me aborda en el Centro de día y se emociona por reclamar sus espacios, porque la respeten los lugares en los que se siente a salvo, porque son sólo suyos, ella decide quién entra o quien sale de su círculo vital, así nos canta Anita Tijoux, “dónde ponemos las fronteras”.
Y mientras voy uniendo los aparejos, (escucho a Arooj Afta en su canción “Mohabbat”) me pregunto cómo las acciones y actividades entre los grupos de mujeres van cambiando la visión que cada una tiene de sí misma, lo que nos supone compartir malestares y risas en los encuentros; es como si los espacios cambiaran de color, como si la mirada mudara hacia otros lugares cuando proyectamos en grupo, “porque hacer la vida solas produce sueño” nos dice la mujer desde la residencia de mayores, en el video clip de Natalia Lafourcade, canción “Alma Mía”.
“No necesitan ser vistas para poder pasar” escribe Wislawa Szymborska en su poema Nubes. Esta frase me ayuda a pensar que no todas las estrategias de resistencia son visibles, a veces vienen con forma discreta, no todas las mujeres están en la calle, también desde las sillas de atrás se hace la lucha y por eso no estamos mudas, gritamos en la ducha con nuestro paraguas de ternuras y eso nos alienta. “No hay nadie aquí, está mi cuerpo sólo mientras yo estoy con ellas: las mujeres sin habla” Gioconda Belli.
Decía una amiga mía que ya se fue: “Me equivoco ¿y qué?”. Pienso cuanta tranquilidad me da rumiar que no pasa nada, que puedo permitirme el arriesgar, que no voy sola y que a veces cuándo bailo acompañada puedo asumir un dulce error saludando el presente. A veces, sigo buscando como en las canciones, “Un alma como la mía», ese príncipe azul que me vendieron desde niña. No puedo remediar que Natalia me guste y también sus canciones, pero esto no quiere decir que haya que quedarse parada esperando, hay que continuar adelante y conseguir tocarnos el centro del alma.
Cómo escribe Simone de Beauvoir “las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma”, a estas alturas de nuestra vida madura, no vamos a dejar que nos tapicen por no cumplir esos mandatos que nos atraviesan invisibles, ni tampoco dejarnos impresionar porque el agua no quiera que nuestro pelo sea así. “Aprender a buscarle acomodo al valor de la reciprocidad y el apoyo mutuo, que atienden a nuestro destino en común y a nuestra común vulnerabilidad, sin que esto merme esencialmente la libertad conquistada”. Patricia Manrique en el libro Conjugar el amor.
Para terminar, deciros que “Estoy loca por robar lo que es mío, eso no es delito”, (no recuerdo de dónde robé la frase) y eso es lo que he hecho, sisar las palabras y unirlas como en una gavilla, porque cómo dice Gabriela Mistral:
“el mismo verso cantaremos, al mismo paso bailarás, cómo una espiga ondularemos, cómo una espiga y nada más”
A todas las Rosas de BIZITEGI
Gracias al Canal de música de Pikara Magazine #CantarLas40
Cristina Casado
Educadora social en Bizitegi