El desarrollo del aparato del estado tal y como lo concebimos hoy día, es una sucesión de hechos históricos que han venido ocurriendo en nuestras sociedades a lo largo de la Historia desde la desaparición del antiguo régimen con la Revolución Francesa.
El estado moderno se dota de una legislación y códigos que utiliza para regular la vida pública y las relaciones comerciales y de negocios. La aparición del Código Civil napoleónico y su desarrollo en épocas posteriores fue una ruptura de las clases productoras con la rigidez del estado feudal.
La antigua sociedad europea que dividía el mundo entre esclavos, pobres y ricos da paso en 1789 a un nuevo orden de cosas en la que las gentes más pobres se rebelan contra el estado y producen un cambio.
Desde esa fecha hasta nuestros días, se produjo la desaparición del Imperio Español y el portugués y la Independencia de los EE. UU, en un lapso de tiempo que, si bien no acaba con la esclavitud de manera radical, establece un nuevo modo de vida. No se puede decir que es hasta la aparición del movimiento obrero desarrollado hasta el siglo XX cuando surge la necesidad de los trabajadores de liberarse de la esclavitud laboral, pero durante los primeros años del siglo XIX y hasta el surgimiento de la I Internacional, el cambio social va cada vez más rápido.
Hasta hoy día que los cambios se producen como frases o lapsos de noticias en internet que informan segundo a segundo de lo que sucede en este instante en cualquier sitio del mundo al momento.
La Revolución de Octubre, el exilio del Rey de Portugal y la II República Española son unos ejemplos de cómo el pensamiento revolucionario y la reciente ideología de clases de las masas de esclavos y trabajadores, consiguen solucionar el estado de sus países.
Europa tras la II Guerra Mundial establece un punto de partida, zona cero, donde se intenta sentar las bases del estado social y de derecho de la democracia en Europa.
El proceso por el que los estados europeos se integran en la UE tiene como fin crear una sociedad próspera, libre y democrática para todas. Sin embargo, hoy día el hecho de que, como atestiguan las Naciones Unidas, 7 de cada 10 personas viven en sociedades no democráticas y violentas hace que el ser humano migre para cambiar su situación.
En este caso los países del Norte Global nos encontramos con la realidad de ser receptores netos de personas migrantes y además con la dificultad añadida de que hay grupos sociales y políticos en nuestros países que son agresivos con la realidad de estas personas persiguiéndolas y creándoles dificultades para establecerse y vivir tranquilas.
El reto de crear en Europa una sociedad estable que tenga empleo y oportunidades choca con la posición de mucha gente que es contraria, que excluye al diferente y al pobre, y ejerce presión para que las personas migradas sean expulsadas fuera de su país. Recientemente el Gobierno Británico e Italia han llegado a acuerdos con otros países para crear centros de internamiento para sus deportados.
La salida del Reino Unido de la UE por impulso del Partido UKIP, y el ascenso de partidos xenófobos en Europa, como el caso del Partido de la primera ministra de Italia de ideología neofascista, son el resultado de tener unas clases populares cada vez más asfixiadas y empobrecidas.
A los trabajadores occidentales no les importa tanto el color de la piel de sus vecinos o su procedencia, sino que en sus barrios no se delinca y que se tenga una cierta calidad de vida. Ello puede empujar a personas de barrios pobres a apoyar a gente como Le Pen.
Además, la falta de conocimiento sobre la política o la escasa concienciación de muchos es el caldo de cultivo suficiente para que los grupos de extrema derecha operen en Occidente haciendo de las suyas.
El 9 de junio se han celebrado elecciones al Parlamento Europeo y existe la preocupación lógica de que los partidos más xenófobos lleguen a tener verdadero poder dentro de la Comisión Europea.
Digamos que Europa no pasa por su mejor momento, sin embargo, cabe mantener la esperanza de que entre todos consigamos llegar al centro y desarrollarnos libremente. La situación económica o ideal no existe muchas veces, la vida se interpone como una sucesión de pruebas en las no vencen los más fuertes como creen algunos, sino los que son héroes porque son mejores.
Autor: David Fernández Pastor, usuario de Bizitegi
Reflexión personal sobre las Elecciones al Euro parlamento, junio de 2024