“El arte es un lenguaje privilegiado para la expresión y movilización de deseos y emociones, y por tanto deviene en una poderosa herramienta promotora de la salud, permitiendo a individuos y comunidades reelaborar situaciones críticas, dolorosas o problemáticas y promover mejores y más felices escenarios para sus vidas” (Organización Panamericana de la salud- OPS: Declaración de Lima 2009).
Partiendo de la concepción del arte como vehículo de expresión y comunicación; podemos pensar que el trabajo en actividades de desarrollo de la expresión artística puede generar espacios de encuentro, de trabajo y de participación que nos pueden llevar a una transformación tanto individual como colectiva.
Tras años trabajando en el ámbito social con personas en situación de vulnerabilidad, hemos podido apreciar la necesidad y posibilidad de intervenir desde diferentes caminos hacia diversas formas de expresión, donde activar emociones y potenciar capacidades.
Se trata de posibilitar encuentros íntimos y cuidados, donde la experimentación, transformación y el juego tienen un papel de gran peso y donde la persona es protagonista de la vivencia y de la acción creadora de la dinámica.
En la actividad de Arteterapia que realizamos, hemos comprobado que es un medio privilegiado para buscar las potencialidades creativas de cada persona y poder desarrollar sus capacidades expresivas a través de diferentes lenguajes artísticos. Abre la posibilidad de producir cambios en sus vidas.
Cuando las personas pintan, bailan, ponen cuerpo y voz a un títere, escuchan música, inventan una historia…, están haciendo presentes varías facetas que muchas veces se encuentran escondidas o inconexas: las emociones, los deseos, los miedos. La creatividad permite poner el sello propio en la obra, sea cual sea su naturaleza, permite, pues, volverse “autor/a” de su propia existencia.
En la actividad de Pensamiento Creativo, pretendemos estimular el potencial de imaginación, creación y diversión que poseemos. Nos damos permiso a expresar, sin miedo a los juicios morales preestablecidos, lo que somos. Permite buscar nuevas respuestas a situaciones cotidianas y nos coloca en otro sitio diferente. Lo hacemos desde el desarrollo de la especificidad de cada cual, pero también de su articulación con lo/as otro/as, desde un vínculo afectivo y de respeto. Desde un descubrimiento de aquello que nos emociona, nos fascina, nos asusta… pero nos hace re-existir como personas creativas y responsables.
Toda esta experimentación puede llegar a transformar desde lo positivo, conectando con momentos de felicidad y dignidad.
Beatriz Muñoz Liedo, Educadora social. Bizitegi
Maite Márquez Peña, Trabajadora social. Bizitegi