“¿Podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí? -Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar, dijo el Gato. No me importa mucho el sitio, respondió Alicia. Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes, le contestó el Gato.”
Alicia en el país de las maravillas – Lewis Carroll
En un ensayo escrito por el filósofo prusiano Immanuel Kant en 1784 se aludía a la autonomía como el valor ilustrado por excelencia, Kant la veía como “la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad”.
Las perspectivas teoricas del modelo social llevan preguntándose desde hace décadas por qué la mayoría de las prestaciones sociales por discapacidad han tendido a reforzar la dependencia de estas personas en lugar de favorecer su independencia o autonomía personal y hoy en día nos seguimos haciendo la misma pregunta.
Este escrito pretende compartir reflexión y no tanto soluciones en el ámbito de la autonomía personal o la discapacidad. Buscamos una reflexión misma que ayude a la búsqueda de soluciones.
En Bizitegi trabajamos desde el convencimiento de que, en la medida en la que nuestras personas usuarias puedan vivir con más autonomía, estaremos alcanzando uno de nuestros grandes objetivos que perseguimos desde los inicios de nuestra entidad y que no es otro que el de la prevención de la exclusión social a través de la autonomía personal.
Nos gusta centrarnos en las potencialidades y en las capacidades de la persona. En el aquí y en el ahora y no lamentarnos en épocas pasadas y para ello ofrecemos un sinfín de actividades / herramientas en las que participar: Radio, teatro, fútbol, ocio, participación comunitaria… Lo que le permitirá a la persona saberse más confiada en sus propias capacidades y por tanto una persona con mayor autonomía personal.
Desde Bizitegi, promovemos una autonomía que permite que las personas desarrollen su propia identidad y que ayude a nuestras personas usuarias a que se acepten tal y como son, favoreciendo la independencia. Para ello, hay que comenzar con la responsabilidad. De la responsabilidad nace la capacidad de tomar decisiones, reconociendo y asumiendo sus consecuencias y respondiendo ante los propios actos. Y es importante que la capacidad venga acompañada de la voluntad.
Es una tarea ardua y constante en la que no debemos caer en un asistencialismo y/o paternalismo que generen dependencia y o pudieran cronificar los procesos de exclusión social de las personas con las que trabajamos.
Sonia Sanz e Iñigo Goñi